20.9.19

"Cuando toda la huerta dormía,...


ya estaba a la indecisa claridad del amanecer, arañando sus tierras queridas." Con estas bellas palabras describía el escritor Vicente Blasco Ibáñez la figura del labrador valenciano, y con ellas glosó la ciudad de Valencia el monumento que le dedicó al querido labrador el año 1931. Es un monumento sencillo, realizado con piedra del terreno; todo un simbolismo: la unión entre el hombre y la tierra que le vio nacer, vivir y morir, y en cuyo seno descansó para siempre.
Acuarela pintada en papel Moulin du Roy, de Canson, con unas dimensiones de 28 x 38 cm. 

1 comentario:

  1. IMPRESIONANTE, ASOMBROSO, ABRAZO DE AGRADECIMIENTO AMIGO

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