No es precisa una nueva presentación del Jardín Botánico de Valencia; muchas veces he hablado de sus posibilidades pictóricas. Sus luces, sombras, formas y colores, constituyen una fuente de inspiración permanente para todos los que amamos la naturaleza. Allí pintaremos mientras nos siga prodigando su silenciosa y callada motivación. Acuarela pintada en papel Arches satinado, de 44 x 58 cm., y pigmentos Winsor&Newton.
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