
Esta acuarela tiene sin duda un discreto protagonista: el burrito. Con esta figura, que para mí tiene un simbolismo entrañable, quise darle un toque de singularidad al bodegón. La técnica utilizada ha sido aplicar color sobre el papel húmedo; he querido que no hubiera "pegotes" de color, sino colores difuminados. Es especialmente apreciable en el suelo del bodegón, en el florero y en la cortina que sirve para enmarcar el quinqué.
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