... en la plaza de los patos, de Valencia. En nuestro recorrido por la ciudad, este miércoles nos hemos detenido en una de las dos plazas que se conocen con ese cariñoso apelativo por las simpáticas aves que hacen guardia bajo las esculturas centrales. La realidad es que ni la fuente ni la plaza se denominan así: la fuente es la de las Tres Gracias -o las Tres Ninfas- y la plaza, de Rodrigo Botet. Sea como fuere, he aquí otro bello rincón que cobra un cierto encanto en este soleado día de otoño que a primera hora de la mañana amenazaba lluvia. Como en los últimos trabajos, he utilizado papel Arches de 300 gr. y grano fino; el tamaño elegido ha sido 38 x 28 cm.
El visitante encontrará en este blog una selección de mis acuarelas sucintamente comentadas, y una lista de blogs y páginas web sobre pintura, literatura y religión, pues no en vano considero el arte como una manifestación del poder creador de Dios, que ha dotado al hombre de la capacidad de plasmar la belleza que le rodea. Para conocer al ser humano con sus ilusiones y esperanzas, y por ende, a su Creador, incluyo esos enlaces.
preciosa
ResponderEliminarGracias, Aurora.
EliminarMe molesta ponerme un punto pero... punto para mi!. La terminaste de manera magistral y lo sabía.
ResponderEliminarEl punto te corresponde con toda propiedad pues tu convicción me dio "alas" para terminarla. Gracias, Tina.
EliminarEstas consiguiendo muy buenos temas.Felicidades Antonio.
ResponderEliminarMuchas gracias, Fernando.
EliminarUna plaza pintado muy bien, Antonio. El Otono siempre viene con mucho colores bello....
ResponderEliminarun abrazo
Muchas gracias, Hilda.
EliminarFantástica esta y la anterior acuarela. O las acuarelas son muy hermosas o en Valencia tenéis unos parques preciosos. Seguro que las dos cosas!
ResponderEliminarUn abrazo.
Más lo segundo que lo primero, Joshemari. Muchas gracias.
EliminarMe gusta la aparente sencillez de tus acuarelas. Son límpias , transparentes, y llenas de luz. Te felicito.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ángel por tu comentario. Procuro seguir la senda de acuarelistas como tú, maestros de la transparencia y del color.
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