Ningún elemento como el agua para transmitir una sensación de frescor, máxime cuando el calor arrecia. Si a ese elemento lo situamos en medio de un pequeño bosque, rodeado de sombra, a no mucha distancia de un nacimiento de lo que acabará siendo el río Tuéjar, afluente del Turia, el frescor deja de ser sensación para convertirse en realidad. Presento una versión de este pequeño rincón, pintada hace unos días en un papel Arches, de 300 gr. y grano fino, con unas dimensiones de 56 x 38 cm.
El visitante encontrará en este blog una selección de mis acuarelas sucintamente comentadas, y una lista de blogs y páginas web sobre pintura, literatura y religión, pues no en vano considero el arte como una manifestación del poder creador de Dios, que ha dotado al hombre de la capacidad de plasmar la belleza que le rodea. Para conocer al ser humano con sus ilusiones y esperanzas, y por ende, a su Creador, incluyo esos enlaces.
Muy conseguidos los reflejos en el agua. Por las ultimas acuarelas se diria que tienes la musa de la inspiración a tu lado, aunque tambien a trabajo, trabajo....
ResponderEliminarPuede que haya un poquito de todo, aunque lo mejor para que llegue la musa es la constancia en el trabajo. Muchas gracias, Tina.
EliminarMe encanta esta acuarela, Antonio!! Tu eres muy talentoso!!!! Los colores y las sombras son perfecto!! BUEN TRABAJO!!!!
ResponderEliminarUn saludo!!!
Muchas gracias por el elogio, Hilda; es muy generoso. Me alegra que te gusten mis acuarelas. Saludos.
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