No tiene la nobleza de aquél "olmo seco, viejo, hendido por el rayo", de Antonio Machado, pero siento admiración por este chopo, vulgar, discreto, escondido entre las nobles y llamativas plantas que embellecen el jardín. Chopo curtido, desnudo, lleno de cicatrices, de ramas tronchadas por el viento, que se resiste a morir y rebrota con ilusión nueva cada primavera, queriendo llegar a lo más alto... Toda una lección de vida.
Acuarela pintada en papel Arches de 300 gr., con unas dimensiones de 28 x 38 cm.
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