Las gárgolas de la Catedral Notre Dame, de Paris, se han quedado mudas, horrorizadas, perplejas, ante el pavoroso incendio que han "visto" sus ojos. Siglos asomadas a las terrazas y el pasado día 15 se quedaron nuevamente petrificadas. "Y ahora ¿qué haremos?", parecen preguntarse los cuasi milenarios monstruitos. Y alguien les responderá que el espíritu de los antiguos artesanos reverdecerá y su cara volverá a ser de admiración.
Dibujos realizados a lápiz en papel de distintos tamaños y texturas.
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