Con este verso del poema del pirata, de José de Espronceda, presento estos ejercicios realizados durante el confinamiento. Ya expresaba en anterior entrada las ganas de trascender las paredes de la casa para sentir el viento, el sol, los olores del mar, del campo. Todo ello se compensa, en alguna medida, con pinturas en las que se puedan "percibir" esas sensaciones, de ahí que haya dedicado varios ejercicios a los temas náuticos. Hoy presento estas dos pequeñas acuarelas -15 x 30 cm- que representan a dos antiguos barcos "a toda vela". Imagino el olor marino, el golpeteo de cabos y cuerdas sobre los mástiles, el silbido del viento y, aunque sólo sea por unos minutos, me evado de las cuatro paredes.
El visitante encontrará en este blog una selección de mis acuarelas sucintamente comentadas, y una lista de blogs y páginas web sobre pintura, literatura y religión, pues no en vano considero el arte como una manifestación del poder creador de Dios, que ha dotado al hombre de la capacidad de plasmar la belleza que le rodea. Para conocer al ser humano con sus ilusiones y esperanzas, y por ende, a su Creador, incluyo esos enlaces.
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