Releo por enésima vez el Evangelio de San Marcos -que buena cosa es releer libros que enriquecen, ya sea por su brillantez literaria, por su contenido científico, o por su espiritualidad-, y me viene a la cabeza la ciclópea escultura del evangelista, labrada por el escultor Juan de Ávalos y situada en el Valle de los Caídos. Y no me lo pienso dos veces: busco una foto en internet, elijo la que creo publicada en El Mundo, y la plasmo con rapidez en el papel, usando el grafito y el pastel. No me detengo a considerar si como tal pintura es una obra de arte o no; me quedo satisfecho con plasmar a uno de los grandes divulgadores de la vida de Jesucristo.
El visitante encontrará en este blog una selección de mis acuarelas sucintamente comentadas, y una lista de blogs y páginas web sobre pintura, literatura y religión, pues no en vano considero el arte como una manifestación del poder creador de Dios, que ha dotado al hombre de la capacidad de plasmar la belleza que le rodea. Para conocer al ser humano con sus ilusiones y esperanzas, y por ende, a su Creador, incluyo esos enlaces.
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