Cuando llega la bajamar, todo se transforma. Los barcos ya no son lo que eran, o, dicho de otro modo, no sirven para lo que fueron construidos; son como esos gigantescos globos aerostáticos, pero vacíos del aire caliente capaz de subirlos por encima de las más alta cumbres del planeta. Sin embargo, el espectáculo que nos depara la bajamar en el norte Europa es maravilloso: colores brillantes, contrastes intensos, barcos en difícil equilibrio sobre sus quillas,..., y una inmensa nube de gaviotas alimentándose de pececillos y pequeños crustáceos que pululan por la encharcada arena. Para pintar esta acuarela me he inspirado en una fotografía publicada en Pinterest y he utilizado papel Saunders satinado, de 31 x41, y pigmentos de la misma marca.
El visitante encontrará en este blog una selección de mis acuarelas sucintamente comentadas, y una lista de blogs y páginas web sobre pintura, literatura y religión, pues no en vano considero el arte como una manifestación del poder creador de Dios, que ha dotado al hombre de la capacidad de plasmar la belleza que le rodea. Para conocer al ser humano con sus ilusiones y esperanzas, y por ende, a su Creador, incluyo esos enlaces.
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