Nos encontramos en los albores de la edad Media. Siguiendo el ejemplo de otras grandes ciudades, Valencia se fortifica mediante una gran muralla para protegerse de toda clase de asaltantes. Ese proceso de construcción, lento y laborioso, culmina en el siglo XV con la construcción de unas grandes puertas de acceso orientadas a los cuatro puntos cardinales. Una de esas puertas, flanqueadas por dos imponentes torreones, es la que se conoce con el nombre de Torres de Quart.
Un día de primavera de 2013. Mañana fría, pero luminosa como es lo habitual en Valencia. Poco tráfico. La vista lateral de una de las torres destaca entre tanto edificio moderno y, por extraño que sea, con una gasolinera a instalada a escasos metros. Disparates de la etapa del desarrollismo.
Acuarela pintada en papel Saunders satinado, de 28 x 38 cm.
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