El rosa pálido de la fachada de la Basílica de la Virgen se torna ocre a medida que la tarde va cayendo. Es un encuadre repetido en mis acuarelas; aún así, sigo encontrando muy atractivo el contraste que ofrecen a la vista las paredes enyesadas y pintadas de la Basílica, con los muros de piedra y color natural de la Catedral. La plaza se encuentra abarrotada de gente, que sin embargo no he querido plasmar para no restar protagonismo a la fuente alegórica del Turia y sus acequias. La acuarela tiene unas dimensiones de 43,5 x 57,5 cm.
El visitante encontrará en este blog una selección de mis acuarelas sucintamente comentadas, y una lista de blogs y páginas web sobre pintura, literatura y religión, pues no en vano considero el arte como una manifestación del poder creador de Dios, que ha dotado al hombre de la capacidad de plasmar la belleza que le rodea. Para conocer al ser humano con sus ilusiones y esperanzas, y por ende, a su Creador, incluyo esos enlaces.
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