Con la llegada del verano, y más en concreto los meses de Julio y Agosto, lo que tiempo atrás era un frondoso manto verde de trigo, cebada, arroz, etc., ha cambiado a un áspero y recortado campo de cañizos amarillos, sienas y ocres. La blancura de alquerías, masías y cortijos se alza sobre los colores campestres, sea cuales fueren. Sigo pintando en casa, ayudado por antiguas y recientes fotografías, y aquí dejo esta acuarela de 32,5 x 44 cm, que tanto contrasta con las marinas y los inundados campos de arroz que ya conocéis.
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