La roja fachada, el color ocre, las desmochadas y sinuosas ramas, el amigo acuarelista, la paciente barca,... ¿qué o quién es el protagonista de nuestra acuarela? Todo lo es a su medida, y, agrupados y debidamente colocados, aportan la estética precisa para que un escenario corriente adquiera protagonismo pictórico. Mañana de frío invierno, pero brillante y colorista, en una de las acequias de El Tremolar.
El visitante encontrará en este blog una selección de mis acuarelas sucintamente comentadas, y una lista de blogs y páginas web sobre pintura, literatura y religión, pues no en vano considero el arte como una manifestación del poder creador de Dios, que ha dotado al hombre de la capacidad de plasmar la belleza que le rodea. Para conocer al ser humano con sus ilusiones y esperanzas, y por ende, a su Creador, incluyo esos enlaces.
Muy buena tu obra, estupendo encuadre, buena resolución, el dibujo como todas muy bueno, en definitiva extraordinaria.
ResponderEliminarSaludos.-
Fantastica con el reflejo en la acequia del paisaje, me gusta. Un saludo
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