Una de las pequeñas joyas botánicas que podemos encontrar en los jardines de Monforte es un ejemplar de yuca que, por su magnitud, yo me atrevería de calificar de gigante. De envergadura parecida a los grandes árboles que la rodean, sus hojas lanceoladas ofrecen un llamativo contraste con las del sauce llorón, con las del pino mediterráneo o con las costillas de adán. Los rayos de sol ofrecen un bonito juego de luces y sombras en una calurosa mañana de verano mediterráneo.
Acuarela realizada en papel Arches, de 300 gr., grano fino, y 36,5 x 27 cm.
No es fácil pintar con tanto verde, pero tú Antonio has logrado una perfecta armonía y... diría que, sinfonía de verdes! Te felicito! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Joshemari, y me tranquiliza haber conseguido variedad de tonos en los verdes, pues es una de las dificultades a vencer cuando se pinta tanta vegetación.
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