Lo han enterrado esta mañana. Se llamaba Juan; de apellido, Cotino. Un amigo común nos presentó en el ya lejano 1970 y se consolidó una amistad que ni la pandemia del coronavirus que le ha arrancado su vida podrá romper. Querido Juan, mantengo la esperanza -ese esperanza que tú siempre tuviste- de que un día nos volveremos a ver y mantendremos una larga, larga tertulia en la que tendremos tiempo para hablar de todo. Acepta este pequeñito homenaje de este amigo tuyo y de Juanito, mi hermano, al que tanto apreciabas. Un abrazo y hasta siempre.
El visitante encontrará en este blog una selección de mis acuarelas sucintamente comentadas, y una lista de blogs y páginas web sobre pintura, literatura y religión, pues no en vano considero el arte como una manifestación del poder creador de Dios, que ha dotado al hombre de la capacidad de plasmar la belleza que le rodea. Para conocer al ser humano con sus ilusiones y esperanzas, y por ende, a su Creador, incluyo esos enlaces.
Antonio, las personas nunca dejan de estar presentes mientras sus seres queridos las recuerdan.
ResponderEliminarUn abrazo y cuídate mucho.
Muchas gracias, Sadeu. Tienes toda la razón. Un cordial saludo.
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