Es la paradoja que se da en un jardín como el Botánico, en el que la variedad de plantas y árboles por metro cuadrado es más alta que en un jardín convencional. El color verde alcanza sus niveles más altos de concentración, pero con tal variedad de tonalidades que ninguno de ellos se repite. Incluso plantas de la misma especie pugnan por distinguirse entre sí, ya sea por efecto de la luz, ya sea por la antigüedad, o por la intensidad del riego. En esta acuarela de 22,7 x 30,5 he intentado reflejar algo de lo expuesto. No me ha resultado nada fácil, pero ahí queda para juicio de los que seguís mis pinturas.
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