Los edificios religiosos nos dan maravillosas lecciones de lo que ha sido el arte aplicado a lo más elevado, a lo sobrenatural. Las fachadas son una buena muestra de ello y la escultura religiosa que en ellas se muestra no le va a la zaga en belleza, sea cual fuere el estilo que se utilizó.
Sigo con mis prácticas con pastel - en forma de lápiz Faber-Castell en este caso-, y para ello he recurrido a dos preciosas esculturas de Leonardo Julio Capuz, talladas en torno a la segunda década del siglo XVIII, y que lucen en la fachada de la Iglesia del Carmen, de Valencia. He utilizado papel Mi-Teintes Touch, de color ocre, y en formato único de 50 x 64,5. Agradezco la colaboración de Javier Giménez Carpintero, con sus fotografías de excelente calidad. Espero que os guste.
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